Ojeando el fallo de la sentencia, en la que el subdirector de transportes de nuestra empresa demanda a Correos por despido improcedente, y que finalmente gana como no podría ser de otra manera; llama poderosísimamente la atención un detalle, por encima de la demanda en sí misma. El detalle en cuestión, no es ni más ni menos que el salario anual de este subdirector que supera los 75000 € y que hemos creído conveniente subrayar.
Como podréis suponer, a estos niveles el tema de los recortes no se tiene muy en cuenta, además en la confección de salarios de este tipo no intervienen para nada las fuerzas sindicales, son por decirlo de algún modo, contratos blindados en los que no existen mediadores de ningún tipo.
Esto es lo que ocurre por arriba, salarios millonarios, despilfarro, vagos por cualquier despacho y gastos astronómicos en publicidad con el objetivo de lavar la pésima imagen que ofrece correos a los usuarios, principales paganos dicho sea de paso, del retroceso en la calidad del servicio que viene ofertando esta empresa en los últimos años, fruto de una inoperante y abusiva gestión al más puro estilo capitalista en connivencia con ciertos sindicatos.
Por abajo, lo de siempre compañeros, revisiones salariales a la baja, precariedad laboral, acoso, hostigamiento, mentiras tras mentiras y para colmo de males la mofa en nuestra propia cara de los representantes sindicales mayoritarios.
Somos los mileuristas, sin duda alguna, los que realmente aportamos beneficio a esta Casa, y como premio nos obsequian dándonos más trabajo aún del que tenemos. Seguro que ya estaréis padeciendo los efectos de los recientes recortes en contratación, donde las secciones permanecen sin titular durante días, teniendo que ser repartidas por el resto de compañeros. Desde C.G.T. Huelva os animamos a que no toméis la iniciativa en ningún momento, al objeto de sacar las castañas del fuego a los distintos jefes de equipo para ordenar el posible caos que se genere en las carterías. Esta labor debería recaer sobre los artífices de este atropello.
Desde luego esto no se soluciona trabajando a destajo, ni mucho menos alargando gratuitamente la jornada laboral bajo cualquier excusa, con el único propósito de defender a toda costa el exceso de trabajo, sino más bien fomentando la cooperación y el dialogo entre los compañeros, para que entre todos, y por supuesto sin la ayuda de los sindicatos afines, poder plantar cara a nuestros superiores ante hechos de este calibre.
Como diría Kropotkin "La Libertad no se mendiga, se conquista"