martes, 25 de agosto de 2009

COLETAZOS DEL FRANQUISMO EN NUESTRA PROVINCIA.

La Guardia Civil investigó en Encinasola un asesinato franquista

Un lugar llamado La hoya del muerto y los recuerdos de los ancianos de Encinasola (Huelva) sobre la llegada de sublevados fascistas a esta localidad llevó a la Guardia Civil de Huelva a realizar una investigación de oficio sobre la muerte de un supuesto represaliado por el franquismo en 1936. Tras tres meses de investigación, el forense determinó esta semana que no puede concluirse su identidad debido al deterioro de los restos óseos encontrados. Sin embargo, para los investigadores y las asociaciones de memoria histórica, éste es un gran avance, ya que se trata del primer caso en España en el que no son familiares o asociaciones los que solicitan una exhumación o los jueces los que la ordenan, sino que la actuación parte directamente de la Comandancia de la Guardia Civil.

En Encinasola, un pueblo de 1.500 habitantes que limita con Portugal y Extremadura, muchos ancianos recuerdan los asesinatos "a balazos" de los fascistas el 19 de julio de 1936. Según el historiador Francisco Espinosa, murieron alrededor de 33 personas. Algunos vecinos avisaron a la Guardia Civil de que, en el camino hacia Rosal de la Frontera, en una zona agreste y recóndita, existía un lugar en el que, aseguraban, se arrojaron los restos de Sixto Caro, un campesino de 20 años, que huyó a esconderse al campo.

La hoya del muerto

El lugar, al que apenas se puede acceder, lleva el nombre de La hoya del muerto. Miembros del Seprona acudieron a comprobar la supuesta existencia de los restos. Al encontrarlos se pusieron en contacto con la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva y se procedió a investigar el caso recabando información de los vecinos, familiares, historiadores y asociaciones de memoria histórica. Pero aún faltaba un requisito para avanzar en las actuaciones: el permiso judicial.

La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Aracena autorizó el proceso. Ella, el secretario, varios guardias civiles y un guía organizaron una expedición a la zona el pasado 7 de julio. "Me llamó la Guardia Civil y me dijo que habían encontrado un hueso de persona. Mi obligación es acudir a hacer el levantamiento ya se trate de un cuerpo reciente o uno de hace 70 años", explicaba ayer la juez. El informe forense concluyó esta misma semana y no identifica los restos óseos -parte del cráneo y mandíbula-.

Caso archivado.

Pese a ello, el Cooordinador de Recuperando la Memoria Histórica y Social de Andalucía (CGT.A), Cecilio Gordillo, lo celebra. "Es un gran avance para futuras investigaciones", asegura, "ya era hora de que se hicieran las exhumaciones como se debieron hacer siempre, a través de la Guardia Civil", añade. Los agentes que participaron en la investigación están de acuerdo. "No se trata de un bando o de otro. Se trata de que las cunetas y los campos del país no estén llenos de muertos", afirma Antonio Castilla, uno de los guardias que participó en el operativo.

El País: LIDIA JIMÉNEZ - Huelva - 20/08/2009

Jueves 20 de agosto de 2009, por CGT-A


jueves, 13 de agosto de 2009

LOS SINDICATOS Y EL CAMBIO DE MODELO. EL ACTUAL PAPEL DE CCOO Y UGT

Todos los que hablan de cambiar el modelo productivo no saben lo que dicen. Todo modelo hunde sus raíces en la historia, depende de las condiciones naturales del país y del contexto en que se haya desarrollado, y también, por supuesto, de las políticas seguidas a lo largo del tiempo. Por decirlo escuetamente : el modelo económico de un país es la concreción en un momento dado de su evolución histórica.

La primera conclusión de esto es que un cambio de modelo productivo no puede realizarse a corto plazo sino que para llevarse a cabo necesita mucho tiempo, aparte de recursos, planificación, claridad de objetivos, tenacidad, paciencia… Y, finalmente, de cierta paz entre las clases –un cambio de modelo no es un cambio de sistema–, porque de otro modo la evolución económica y el modelo que plasme serán fruto del conflicto de intereses entre ellas y no de un cierto consenso social.
Sin llegar a la frivolidad extrema y engañosa de Zapatero, que al anunciar recortes en la desgravación fiscal de la vivienda ya dijo que era para promover un nuevo modelo económico, todos los que se expresan a favor del cambio revelan más un deseo que convicciones sobre la posibilidad real de emprenderlo. Abrumados por la gravedad de la crisis, resentidos por los profusos disparates y aberraciones cometidos en los años anteriores, añoran una economía más racional y menos deforme. Sin embargo, en este tema, se pueden entender hasta las deshonestas confesiones de los que, pudiendo haber hecho otra política, se aprovecharon en el pasado, pero no tienen credibilidad los propósitos de enmienda.

Primero, porque una situación tan grave, con secuelas sociales tan desoladoras, no constituye un momento propicio para propugnar ideas razonables para el futuro dentro de los límites del sistema : la crisis encona el conflicto de clases y todo lo que se decide es en clave desesperada, para taponar agujeros, al punto de que la política económica de los últimos tiempos es una cadena de ocurrencias improvisadas y a veces contradictorias. Los que hablan de la necesidad de cambiar el modelo, o de las reformas estructurales “pendientes”, piensan en cómo hacerlo a favor de los intereses que defienden. Y segundo, porque la mayoría ha guardado un silencio cómplice en el pasado, cuando estábamos en la Champions League, mientras obtenían los frutos fáciles, materiales y políticos, de un desarrollo insostenible. Entre ellos el PP y el PSOE, para los que si estuviera en sus manos salir de la crisis completando el muro de cemento que rodea las costas y encajonar más automóviles en las ciudades y las carreteras, se pondrían manos a la obra. Y entre ellos también, lamentablemente, las direcciones de los sindicatos mayoritarios.
Compañeros de viaje
¿Qué dijeron esas direcciones, qué hicieron para impedir el crecimiento enloquecido del sector inmobiliario ? ¿Qué hicieron para impedir la creación de un mercado laboral en el que más del 33% de los trabajadores tienen un empleo precario ? ¿Qué hicieron para impedir un retroceso de los salarios en la renta nacional tan significativo y decisivo para el modelo económico ? ¿Qué hicieron cuando se implantó el euro, una camisa de fuerza que ha acabado estrangulando la economía y facilitando políticas regresivas, sino sumarse al estúpido entusiasmo general ?
En fin, las cuentas que hay que pedir a los sindicatos por el deforme desarrollo económico y social de nuestro país en los últimos años son muchas como para tomar en serio ahora sus propuestas de cambio. Era necesario entonces y tenían legitimidad como siempre para protestar y proponer, pero ahora más bien se trata de salvar la cara, parecer inquietos por la situación, aparentar que se tienen alternativas progresistas y solventes para remediar la grave crisis (Toxo habla de apostar por la educación, un buen ejemplo, por lo demás, del largo plazo que requiere todo proyecto realmente transformador).

Más que elucubrar y proponer medidas sobre el papel sensatas, pero que precisan de la fuerza social necesaria para ser impuestas, los sindicatos en estos momentos deberían fundamentalmente dedicarse a recomponer a la clase obrera con iniciativas rupturistas y a defender a los trabajadores y las capas sociales más débiles con firmeza y con más lucha
Pedro Montes Diagonal Publicado en Rebelión