La Guardia Civil investigó en Encinasola un asesinato franquista
Un lugar llamado La hoya del muerto y los recuerdos de los ancianos de Encinasola (Huelva) sobre la llegada de sublevados fascistas a esta localidad llevó a la Guardia Civil de Huelva a realizar una investigación de oficio sobre la muerte de un supuesto represaliado por el franquismo en 1936. Tras tres meses de investigación, el forense determinó esta semana que no puede concluirse su identidad debido al deterioro de los restos óseos encontrados. Sin embargo, para los investigadores y las asociaciones de memoria histórica, éste es un gran avance, ya que se trata del primer caso en España en el que no son familiares o asociaciones los que solicitan una exhumación o los jueces los que la ordenan, sino que la actuación parte directamente de la Comandancia de la Guardia Civil.
En Encinasola, un pueblo de 1.500 habitantes que limita con Portugal y Extremadura, muchos ancianos recuerdan los asesinatos "a balazos" de los fascistas el 19 de julio de 1936. Según el historiador Francisco Espinosa, murieron alrededor de 33 personas. Algunos vecinos avisaron a la Guardia Civil de que, en el camino hacia Rosal de la Frontera, en una zona agreste y recóndita, existía un lugar en el que, aseguraban, se arrojaron los restos de Sixto Caro, un campesino de 20 años, que huyó a esconderse al campo.
La hoya del muerto
El lugar, al que apenas se puede acceder, lleva el nombre de La hoya del muerto. Miembros del Seprona acudieron a comprobar la supuesta existencia de los restos. Al encontrarlos se pusieron en contacto con la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva y se procedió a investigar el caso recabando información de los vecinos, familiares, historiadores y asociaciones de memoria histórica. Pero aún faltaba un requisito para avanzar en las actuaciones: el permiso judicial.
La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Aracena autorizó el proceso. Ella, el secretario, varios guardias civiles y un guía organizaron una expedición a la zona el pasado 7 de julio. "Me llamó la Guardia Civil y me dijo que habían encontrado un hueso de persona. Mi obligación es acudir a hacer el levantamiento ya se trate de un cuerpo reciente o uno de hace 70 años", explicaba ayer la juez. El informe forense concluyó esta misma semana y no identifica los restos óseos -parte del cráneo y mandíbula-.
Caso archivado.
Pese a ello, el Cooordinador de Recuperando la Memoria Histórica y Social de Andalucía (CGT.A), Cecilio Gordillo, lo celebra. "Es un gran avance para futuras investigaciones", asegura, "ya era hora de que se hicieran las exhumaciones como se debieron hacer siempre, a través de la Guardia Civil", añade. Los agentes que participaron en la investigación están de acuerdo. "No se trata de un bando o de otro. Se trata de que las cunetas y los campos del país no estén llenos de muertos", afirma Antonio Castilla, uno de los guardias que participó en el operativo.